Rihanna publica Bitch Better Have My Money, su videoclip más violento

En 1996, los hermanos Coen dirigieron Fargo. En la película, un infeliz marido casado con una rica mujer encarga a dos sicarios el asesinato de ésta, con el fin de poder disfrutar el dinero en soledad durante el resto de su vida. Una historia parecida es la que protagoniza Rihanna en su último videoclip, del tema Bitch Better Have My Money, estrenado este jueves. Altas dosis de violencia y desnudos que describen más de siete minutos que no defraudarán a los amantes del cine gore.
Lo primero que se observa es un cartel donde se advierte que el lenguaje violento, la violencia y los desnudos van a ser la tónica general de lo que vendrá después. No es mentira.
El comienzo muestra a una mujer de elevada posición preparándose para salir de casa mientras besa a su marido. A su vez, Rihanna llega a una casa en mitad de la noche arrastrando un enorme baúl con el que entra en un ascensor. Ahí coincide con la citada mujer, que de repente ya no está: ha sido secuestrada e introducida en el citado mueble. La cantante es una secuestradora.
La siguiente escena es la de la artista y varias de sus secuaces arrastrando desnuda por el suelo a la mujer, a la que atan boca abajo y balancéan mientras le cierran la boca con una suerte de aparato dorado.
El enfado de Rihanna tras una conversación de teléfono deriva en una fiesta en la habitación de un hotel de carretera donde el alcohol y otras sustancias se consumen en cantidades que ni llamando al servicio de habitaciones.
Dos por uno en secuestros
A su vez, se observa al marido de la secuestrada quemándose el dinero en fiesta y prostitutas, de lo que se entiende que es él quien ha encargado el trabajo pero no está cumpliendo su parte del acuerdo: pagar a Rihanna y su banda por los servicios prestados.
Decisión: secuestrarle a él también para darle su merecido. Así que de nuevo en la lujosa casa familiar del matrimonio uxoricida, con el esposo atado a un sillón del salón, con cara de “en qué follón me he metido con lo bien que he estado en otro tiempo yo aquí sentado viendo el fútbol”.
Abre entonces Rihanna la caja de herramientas de los horrores: sierras eléctricas, cuchillos, machetes… Todo dispuesto para darle su merecido entre terribles sufrimientos.
Escena final: el baúl, un jardín, el amanecer y dos piernas que asoman ensangrentadas. Es Rihanna, desnuda y tirada sobre una ingente cantidad de dólares, algunos colocados estratégicamente para taparle su zona más íntima. Bella y cansada de esa vida, ahogada en más ambición que escrúpulos. El matrimonio ya es historia en ese momento, cerrando el círculo que la comprometía a cumplir su trabajo pero también a impartir su propia justicia. La Rihanna más brutal y callejera en un clip que logra dejar a la canción en un segundo e incluso tercer plano, si bien acompaña sin fallas la violencia que se ha querido explotar.
Fotos y vídeo: YouTube.