La alfombra roja de los Globos de Oro 2016: todos los looks
Como si de un encantamiento de luz y de color carmesí se tratase, la alfombra roja de los Globos de Oro ha vuelto a envolver con su magia a las celebrities en un inolvidable desfile de looks especialmente concebidos para soñar. Sin miedo. Sin límites. Sin peros. Más absoluto que nunca.
Con la libertad ejerciendo de leit motiv, la personalidad como mejor baza de estilo y el glamour de antaño siempre en el horizonte, el hotel Beverly Hilton de Beverly Hills (Los Ángeles, California) se ha convertido una vez más en un perfecto escenario donde dejarse llevar por la emoción de la red carpet; ésa que, antes incluso de explicarse, se siente.
Nominadas y, por tanto, también posibles premiadas, estrellas eternas, divas indiscutibles, invitadas ilustres, chicas it: ninguna de ellas se ha querido perder esta 73ª edición de los Globos de Oro. Sus estilismos, tampoco.
El azul (noche) es el nuevo negro
Algo de negro, mucho blanco y nocturnidad bien entendida pintada de azul han dominado la paleta cromática y, de paso, también el estado de ánimo de estos Globos de Oro. En su versión joya o en clave minimal, lo cierto es que el nuevo matiz que tiene la noche ha irrumpido con fuerza entre los estilismos de las celebrities.
Julianne Moore, Gina Rodríguez de Zac Posen, Brye Dallas, Jamie Lee Curtis, Jenna Dewan... todas ellas están ya in blue. Como sinónimo de enamorarse.
Metales precisos
Así; sin la letra o. Pues los tradicionales vestidos joya en colores metalizados como el oro o el plata han sido sustituidos de la mano de Rosie Huntington-Whiteley o Eva Green por delicadeza nude, que también brilla, pero a su modo. Con acierto milimétrico sobre la piel. En ocasiones, con aires pre-flapper.
Hablando de piel: he ahí la de Rooney Mara fundida con su McQueen barroco.
Una oda al adorno girlie
Es definitivo: la red carpet ya no le teme al color rosa. Ni a las lentejuelas. Ni a los flecos. Ni a las princesas. Tan segura está de sí misma como Kate Bosworth entre lentejuelas de Dolce & Gabanna o Cate Blanchett cual dulce y, al mismo tiempo, sofisticado, soplo de aire fresco.
¡Sorpresa!
Jennifer López de amarillo, con capa y de Giambatistta Valli; Taylor Schilling con esmoquin masculino (sin nada debajo); el enésimo Dior de Jennifer Lawrence que, ni defrauda, ni se conforma; Alicia Vikander en modo babydoll por cortesía de Louis Vuitton.
Nadie se lo esperaba pero, en todos estos casos, el verbo sorprender(se) ha conjugado sus mejores tiempos y ha logrado, después de un par de años con más expectativas que motivos reales para creer en la fantasía de la alfombra roja, en lo extraordinario, en su declinación artística, que al fin el mundo hoy vuelva a temblar de emoción con los Globos de Oro.
Fotos: Gtres